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¿Cómo conservar el aceite de oliva?

Muchas veces, habrás oído decir que el aceite de oliva es oro líquido. Ahora, imagina por un momento que es oro de verdad, ¿a que no querrías que se estropease ni acabase en mal estado?

Quizás el aceite de oliva no es oro líquido, literalmente, pero sí que es muy valioso, y es fundamental conservarlo adecuadamente.

Seguro que si preguntas a muchos de tus familiares y amigos acerca de la importancia de conservar el aceite de oliva te dicen que nunca habían oído hablar de eso. El aceite de oliva está considerado como uno de los productos alimenticios más valiosos y cotizados de todo el mundo. Por ello, es primordial que aquel que usas en tu casa se conserve bien.

A nadie le gustaría tirar un lingote de oro a la basura porque se ha deteriorado y ya no vale nada, ¿verdad? Pues lo mismo sucede con el aceite de oliva.

Las propiedades del aceite de oliva van disminuyendo a medida que pasa el tiempo, el aceite se va oxidando y adoptando un sabor rancio. Dado que esto es un proceso natural que sufre el propio aceite, se pueden tomar medidas de conservación del aceite de oliva para no acrecentar la velocidad de este proceso natural.

Cierto es que el aceite de oliva no tiene fecha de caducidad, pero sí tiene una fecha de consumo preferente, y si no se conserva como es debido, su color, sabor y textura pueden sufrir alteraciones e incluso puede llegar a perder sus propiedades.

No obstante, tenemos la solución para que esto no te pase y puedas seguir disfrutando del aceite de oliva que tienes en tu casa durante mucho tiempo.

 

Consejos para la correcta conservación del aceite de oliva son:


1. Evitar la exposición al calor:

Es conveniente mantener el envase del aceite de oliva lejos del calor, da igual de qué tipo, ya sea el sol, la calefacción… La exposición directa o indirecta al calor puede provocar que los diferentes alcoholes se evaporen y que como consecuencia adquiera una textura mucho más ligera.

Por ello, hay que mantener el aceite de oliva en un lugar fresco y seco, a ser posible con poca humedad, y en el que la temperatura sea constante. La temperatura idónea para el mantenimiento del aceite de oliva se encuentra entre los 18 y 24 grados.

 

2. Protegerlo el aceite de oliva de la luz:

La luz directa es otra de las causas que provoca el deterioro del aceite de oliva. Por ello, se recomienda guardarlo en lugares oscuros, con poca luz, donde la luminosidad sea escasa. Para que haya una menor exposición del aceite de oliva a la luz, se recomienda utilizar aceiteras y envases pequeños para usarlos diariamente y así que la menor cantidad posible de aceite de oliva esté expuesto a la luz, guardando la cantidad sobrante en el lugar correcto para su conservación.

 

3. Mantener el envase bien cerrado:

Frecuentemente solemos utilizar el aceite y no nos pararnos a comprobar si después de usarlo lo hemos cerrado bien. Aunque el aceite de oliva tiene sustancias naturalmente presentes que actúan como antioxidantes, si no se cierra bien el envase, y se expone al oxígeno, acabará por oxidarse y adoptar un sabor rancio.

 

4. El frío no es la solución para la conservación del aceite:

Podemos pensar que dado que el calor perjudica la conservación del aceite de oliva, el frío tendría el efecto contrario, la favorecería. Esto es un error, el frío no tiene ningún efecto, ni positivo, ni negativo, en la conservación del aceite de oliva, más allá de que a temperaturas muy bajas acaba solidificándose.

 

5. Mantenerlo alejado de humos y olores:

Es habitual que cuando estamos cocinando, tengamos el aceite de oliva cerca de los fogones, porque así lo tenemos más a mano a la hora de usarlo. Pues bien, esto es un factor que deberás evitar, y es que el aceite de oliva es como una esponja que absorbe todos los olores y sabores, y el contacto con los humos y olores resultantes de cocinar lo irán estropeando con el paso del tiempo.

 


Estas son las medias que deberías adoptar para la óptima conservación del aceite de oliva. Además, no debes de olvidarte de ver la fecha de consumo preferente, y de tener en cuenta que no hay que rellenar aceiteras con residuos de otros aceites sin antes haberlas limpiado, ya que esto enranciaría el aceite de oliva.