Seguro que has escuchado, o te han dicho, más de una vez, que el aceite de oliva es una de las grasas más beneficiosas para la salud, y sin duda, el aceite más recomendable para aliñar y preparar tus comidas. Esto es debido a que se recomienda el uso del aceite de oliva antes que aceites vegetales o de semillas.
Hoy en día hay una gran variedad de aceites: aceite de coco, aceite de aguacate, aceite de girasol… Cada uno es conveniente para un uso, pero lo que ninguno de ellos comparte con el aceite de oliva, y lo que hace característico a este, son los beneficios que reporta su uso para la salud humana.
Por ello, hoy, vamos a indagar un poco más en los beneficios del aceite de oliva y vamos a darte 5 razones por las que el aceite de oliva es beneficioso para la salud. Para así ayudarte a concienciarte más de su uso, si es que todavía priorizas en otro tipo de aceites, y aumentes tu consumo, moderado, en aceite de oliva.
5 razones por las que el aceite de oliva es el más beneficioso para la salud:
Como se ha comentado al principio del artículo, numerosos estudios avalan la importancia del uso del aceite de oliva en el día a día, frente a otros aceites, debido a sus beneficios para la salud.
Todo ello comienza porque se ha comprobado que el consumo de aceite de oliva puede contribuir a prevenir enfermedades cardiovasculares. No obstante, esta es solo una de las múltiples funciones que puede tener en nuestro organismo el aceite de oliva. Veamos ahora las 5 razones por las que el aceite de oliva es beneficioso para la salud son:
1. Ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares:
El ácido oleico, correspondiente a la serie del Omega 9, así como otros ácidos grasos que se encuentran en el aceite de oliva, reducen los niveles de colesterol “malo” o colesterol LDL e incrementan los del “bueno” o HDL. Además, también ayudan a dilatar en mayor medida los vasos sanguíneos, por lo que hay una mejor circulación de la sangre, haciendo que disminuya la presión arterial.
2. Favorece el tránsito intestinal y ayuda a la función digestiva:
El jugo gástrico intestinal se compone de una solución de Cloruro de Sodio, que en ocasiones puede ser secretada. El consumo de aceite de oliva reducirá la secreción de ácido gástrico, junto con otras células epiteliales, lo que supondrá una menor acidez gástrica, y un menor riesgo de padecer enfermedades intestinales.
Estrechamente relacionado con esto, el aceite de oliva también ayuda a calmar el estreñimiento y lo reduce, ya que tiene un efecto laxante y favorece a una mayor absorción de los nutrientes. El aceite de oliva regula el tránsito intestinal ablandando las heces duras y eliminando la inflamación intestinal.
3. Mantiene la fortaleza y densidad de los huesos:
El aceite de oliva ayuda a la mineralización de los huesos, y al crecimiento de estos. Por eso, si tienes niños pequeños en casa es fundamental que las comidas se aliñen y se hagan usando aceite de oliva, ya que será beneficioso para ellos durante su etapa de crecimiento.
Además, no solo les reportará resultados positivos a tus hijos, sino también a ti, como persona adulta, ya que ayuda a aminorar la pérdida de densidad ósea, así como la pérdida de calcio, que en ocasiones acaba provocando enfermedades como la osteoporosis.
4. Ayuda a combatir la diabetes:
El aceite de oliva ayuda a disminuir el riesgo de complicaciones en pacientes con diabetes de tipo II. Las grasas saludables del aceite de oliva contribuyen a mantener regulados los niveles de azúcar en sangre, por ello se recomienda el uso de aceite de oliva en personas diabéticas, y no el de otro tipo de grasas saturadas, cuyo uso podría desencadenar en un aumento de peso, lo cual supondría un problema para el paciente diabético.
5. Retrasa el envejecimiento y favorece a una vida más larga:
El aceite de oliva reduce el número de enfermedades cardiovasculares y de cáncer. Numerosos estudios han registrado una mayor longevidad, y menor índice de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y cáncer en países donde se usa con más frecuencia el aceite de oliva.
Además, los polifenoles, presentes de forma natural en el aceite de oliva, tienen un efecto antioxidante, que ayuda a retrasar la aparición de arrugas en la piel, y con ello el envejecimiento, a la vez que contribuye a mantener la elasticidad de la piel.